miércoles, 21 de noviembre de 2012

1 año y 10 meses después...

Como ya dijo Rober una vez

Voy buscando lo que quiero,
averiguando, a mi manera,
que no me gustan los maderos
ni la gente con banderas,
ni la Virgen María,
ninguna ideología;
pero si sirve de algo,
yo pido libertad para los pigmeos,
que me dan aunque no los veo. 
...........


Sopla el viento sin parar
para que vuelva
y en el viento viene y va
una respuesta.

Estoy buscando una respuesta
que lleva el viento
y voy detrás de todas las tormentas
por si la encuentro
                    (Extremoduro - El pájaro azul)


Un año y 10 meses han pasado desde que llegué a Barcelona ya con la idea de volver a salir de ahi... y parecía que no llegaba pero, joder, llegó. De repente ya faltaba sólo una semana y yo seguía sintiendo que faltaba una eternidad. No se si era el mejor momento pero había una  cosa clara y es que era el momento de hacerlo. Todo parecía encajar y unirse de tal manera que ni planeándolo lo habría hecho mejor. Primero el viaje con las chicas, luego el proyecto con Daukaia y para terminar el viaje de Giovanni. Pues vamos para Nicaragua!!!!



Llegamos a Managua y, como  me sucede últimamente cuando llego a una gran ciudad, todo era un caos. Pero ya lo teníamos más que menos planeado. A domir un poco y temprano para San Juan del Sur, donde Giovanni nos estaba esperando con unas cervecitas bien frias. Asi que por la mañana nos dirigimos a la estacion de Juembe para coger el bus a rivas y alli un taxi a San Juan. Próxima estacion, Hostel Esperanza.





San Juan del Sur es un pueblo surfista totalmente tuíistico e invadido por  norte-americanos que se dejan la pasta en surfear, comer y beber.
Allí nos tiramos 3 noches donde conocimos a Pablo y Laura y su hija Hanna, una pareja de  españoles que tiene un bar de jugos y también gestionan el hostal Esperanza.

Y nosotras no íbamos a ser menos... así que Titi y yo decidimos que probaríamos  lo que dicen que se siente al cabalgar una ola, aunque no se yo si lo conseguimos... 


El primer día nos fuimos para playa madera, aunque yo creo que le cambiaría el nombre por alguna otra que englobara greengo´s y surf porque no hay mucho más en esa playa...
Mireia no vino ya que era el día que por fin Joana iba a nacer aunque su sobrina aun se retrasaría un día más.


Al día siguiente  nos fuimos todos para playa Hermosa, y ese nombre si que es muy acertado. Es espectacular. Tranquila, virgen y con pocos surfistas. Y ese era nuestro momento para tratar de aguantarnos encima de la table aunque sólo fueran dos segundos. Nos alquilamos una tabla de surf, convencimos a Roc para que nos diera una clase y  nos metimos en el agua. La experiencia resulto ser de lo más divertido que he hecho últimamente. Y puedo decir que voy a repetirla!!!! y espero que sea dentro de muy poco.







Toda esa zona es un área protegida para las tortugas, donde varias Ong's se dedican a recoger los huevos de estos animales antes que los cazadores los destruyan. Los recogen y los incuban hasta que por si solos estos pequeños reptiles nacen y, posteriormente, los vuelven a soltar al mar. Y justo ese día, en playa hermosa, podríamos ver como estas diminutas tortugas empezaban a nadar por primera vez. Por alguna extraña razón que ahora no viene a cuento, Titi y yo nos perdimos este acto, pero menos mal que Mireia y los chicos estaban allí para fotografiar el momento. A cambio de no poder ver ese momento, yo me fracturé algún minúsculo hueso del dedo pequeño del pie haciendo no se qué en no se qué roca de la playa.





Desde San Juan nos fuimos  para Ometepe, una pequeña isla con dos hermosos volcanes en medio de uno de los lagos más grandes de mundo. 



Cuenta la leyenda que cuando llegaron los españoles a invadir Nicaragua y desembarcaron en el lago Nicaragua, pensaban que estaban rodeados de agua salada y hasta que no vieron beber a los caballos no se dieron cuenta que estaban en medio de un inmenso lago de agua dulce.


Ometepe es paz, tranquilidad y ritmo nica hasta para caminar. Fuimos a parar a la Brisa, una eco-aldea de un madrileño harto del extres y de lo políticamente correcto. Un sitio increíble en medio de la nada lleno de españoles y de buenas vibraciones.





Las ganas de subir uno de los volcanes y de hacer un poco de trekikng por toda esa zona se desvanecieron el mismo día en que mi dedo se rompió. Así que me tuve que conformar con una vuelta en bici para visitar las playas del lago y Ojo de agua, unas pequeñas lagunitas, supuestamente, formadas por agua caída directamente del volcán y otro día totalmente de reposo mientras las chicas alquilaban una moto y vivían una de las aventuras más temerarias del momento .




Y de Ometepe a Granada para otro día....







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